
Un agradable y refrescante paseo nocturno por las playas de
Calafell,
con esa arena fina y fría y el rugido misterioso de esas invisibles olas.

Una romántica cena en una terraza de un italiano,
al lado de la playa, con
carpaccio y unas ricas
pizzas.

Bonito paseo marítimo, con ese peculiar
puentecitoy esas originales y coloridas fuentes.
Y ese monumento que nos deja disfrutar un artista
anónimo.

Acabar la noche con un buen batido de chocolate
y mover un poco los
cariocas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario