Suerte a una pequeña, simpática, traviesa y juguetona ardilla en el camino que nos hizo sonreír.


Teníamos curiosidad de como seria el camino, el que hicimos en invierno con las raquetas de nieve, ahora en el verano.
Era mucho mas bonito de blanco, parecía mas grande y perdido en la nada, mas misterioso e intrigante, mas frío, solitario, ... como cambian las cosas de una estación a otra.
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