martes, 20 de julio de 2010

noche perfecta

Un agradable y refrescante paseo nocturno por las playas de Calafell,
con esa arena fina y fría y el rugido misterioso de esas invisibles olas.

Una romántica cena en una terraza de un italiano,
al lado de la playa, con carpaccio y unas ricas pizzas.

Bonito paseo marítimo, con ese peculiar puentecito
y esas originales y coloridas fuentes.
Y ese monumento que nos deja disfrutar un artista anónimo.

Acabar la noche con un buen batido de chocolate
y mover un poco los cariocas.

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