miércoles, 28 de julio de 2010

poco que decir

Cuando no se trabaja y casi no se sale de casa, poco hay que explicar. Siempre lo mismo, la misma forma de vivir, las misma situaciones, siempre ves lo mismo, en fin una rutina.

Solo puedo explicar que vivo entre ocho paredes que separan las estancias de mi casa, dos ventanas y tres puertas (una de las cuales es la de entrada a la vivienda). Que pasea gente por debajo el balcón y que las vecinas tienden la ropa en las terrazas.
Que el sol va de ventana en ventana, según la hora del día en la que estemos y que las golondrinas alimentas a sus polluelos casi todo el día sin parar.

No tengo mucho que decir, a no ser que yo me busque cosas en las que vivir y me hagan diferentes a otras personas, entonces ya podre escribir muy contenta que tengo algo que decir.
(Que de momento cada día puedo gritar algo que he hecho o siento.)

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