Un raro efecto o ilusión óptica.
En ella se puede observar a una chica girando ¿hacia la izquierda? ¿hacia la derecha? Ahí radica lo sorprendente: gira hacia ambos lados y depende del observador que gire hacia uno u otro lado. Es más, con un poco de práctica se puede conseguir que gire hacia en el sentido que nosotros queramos y en el momento oportuno.
Cuando vemos una imagen ambigua o indefinida, nuestro cerebro interpreta la información de acuerdo a la almacenada en nuestra memoria y le da un significado que tenga sentido. Aunque si nos obligamos a pensar en otra cosa, la interpretación puede cambiar.
Una vez hemos asimilado las dos opciones que nos propone la imagen, somos capaces de ver una u otra interpretación a voluntad.
El movimiento de que está dotada la figura también juega con la forma en que nuestro cerebro traslada los movimientos en dos dimensiones a las tres dimensiones del espacio normal.
Hay un montón de efectos ópticos, curiosos y muy divertidos.
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