Una ruta bastante larga a la cual ya estamos acostumbrados:
Desde casa a la pequeña ciudad a llevar la casa caracol; seguidamente a la gran ciudad para llevar el cerebro roto; otra vez de vuelta para ir a comer al chino e ir a buscar a un mimbro de la familia; continuando el recorrido para el pueblo a buscar las fundas tan esperadas de las posaderas; y para acabar este raro recorrido, dirección a casa.
Quien no quiere la cosa, hemos hecho unos quinientos kilómetros. Vaya paliza que nos pegamos dentro del coche. TE GUSTA CONDUCIR?
Cómo Maquillarse para Días Soleados
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La llegada del clima cálido y el esperado verano nos trae días radiantes y
llenos de luz, pero también nos enfrenta al reto de mantener nuestro
maquillaje ...
Hace 6 días
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