Hoy cogemos la casita de caracol y nos movemos dirección Brujas (Bélgica), salida de Versalles (Francia) a las nueve y media con un tiempo bastante malo y gélido. Al cabo de trescientos cincuenta kilómetros y de cuatro horas conduciendo (llegada a las 13:30 horas) llegamos al camping memling, en el cual no nos atiende nadie, pero nosotros nos instalamos, es muy pequeño, pero nos basta. Supongo que mañana habrá alguien. (Decíamos del horario francés, pero los belga son peores, aquí cierran todo a las seis)
Nos vamos a comer burguers y luego a ubicarnos en el pueblo, nos cambiamos de ropa y a caminar que aquí el tiempo aun es peor.
Para visitar brujas lo más interesante es el centro antiguo, donde están todas las “torres” y algún canal, los molinos y típicas casas. Puedes ir andando, en bici, en coche, en barca o en carruajes de caballo.
Dicen que esto es como Venecia pero del norte, pues para mí no se puede comparar, también dicen que es muy romántico y tampoco es para tanto.
Lo curioso de aquí es que todas las casas son de planta baja y con unas ventanas grandiosas donde se ve toda la casa por dentro, ellos las decoran poniendo jarrones, figuras y muchas flores. Yo como soy muy chafardera estoy todo el rato “observando” los interiores que por cierto son muy coquetos y lo tienen todo muy arreglado y muy bien puesto (yo creo que ya los tienen de escaparate).
Lo típico y muy bueno de aquí es el CHOCOLATE BELGA, creo que estoy empachada de tantos bombones. Y para colmo hay atracciones y claro, el algodón de azúcar que no falte (creo que llevo una sobredosis de azúcar, que no paro quieta) Mañana a comprar más chocolate para todos.
Decidimos cenar en la caravana ya que llueve un poco, luego queríamos ir a pasear de noche por la ciudad, pero el tiempo no nos deja, lo aplazamos para mañana.
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