martes, 18 de mayo de 2010

diario de un caracol (castillo)

Hoy ha hecho hasta calor, es muy agradable que el sol nos haga un poco de compañía. Las cosas se ven más bonitas.

A las dos de la tarde nos hemos decidido ir a ver a Utrecht, el castillo de Haar, es un castillo de cuentos de hadas, de princesas, está muy bien. El problema es que lo están reformando y pierde un poco ese encanto.
La visita puede llegar a durar tres horas tranquilamente, paseando por sus jardines (y jugando por el pequeño laberinto). Tienes una área de picnic para comer tu bocata (el nuestro era típico de la zona, comprado en una gasolinera, si queréis comer medio bien y saber seguro lo que coméis).
La entrada cuesta tres euros por persona y el parquin tres euros más, pero vale la pena.


Nota 1: A las once y media de la noche, en el horizonte, aun se ve un resplandor de sol. Es curioso de ver, la luna arqueada encima nuestro y el sol no queriéndose ir.

Nota 2: Que por aquí no existen las persianas, todas las ventanas solo tienen cortinas y la mayoría están abiertas, por lo que de día casi no se ve el interior, pero por las noches ... toda la gente que he visto estaban leyendo un libro, no es curioso?


Por la noche nos hemos arriesgado y nos hemos adentrado en la ciudad de Ámsterdam.
No esta tan mal (las basuras ya no están), iluminada es bonita, todos los puentes con sus reflejos en los canales. El barrio rojo bastante transitado, es curioso de ver (no por las chicas, (!que también!), sino por donde están, esas puertas con cortinas y esas habitaciones con una cama al lado de un espejo y acompañada con una pica de agua; todo eso iluminado con una luz roja encima de esa peculiar puerta). Y no hablar de ese característico olor que sale de esos peculiares bares llamados coffe shops.


Una hora rondando y para la cama, que los días se hacen largos y necesitamos un poco de reposo.

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